El cuerpo consiste totalmente en nuestro deseo de recibir y el alma es el deseo de compartir. El camino espiritual radica en asegurarnos de que nuestras acciones provengan desde el punto de vista del alma. ¿Cómo sabemos si nuestras acciones provienen del alma? No es fácil, no tenemos intenciones ocultas y no estamos pensando sólo en nosotros.
VÍA REFLEXIONES DIARIAS
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