Cuando tus razones para hacerlo tengan suficiente sentido, podrás soportar cualquier peso y sobreponerte a cualquier desafío. Sabiendo por qué, tendrás lo que haga falta para descubrir y llevar a cabo el cómo.
Si tienes la sensación de que algo resulta demasiado complicado, es porque no tienes una razón suficientemente fuerte y apremiante que te ayude a comprender. Sabe por qué quieres entender, y esa comprensión llegará a ti.
Antes de encarar cualquier emprendimiento, tómate el tiempo para aclarar totalmente contigo mismo por qué lo harías. Conectarse profundamente con el por qué activará habilidades, capacidades y una efectividad que quizás ni siquiera sabías que tenías.
Ya sea que tu objetivo sea motivarte a ti mismo o a los demás, una parte fundamental, esencial de esa motivación pasa por saber por qué. Sin una razón, todas las habilidades, oportunidades, esfuerzos y recursos del mundo no generarían nada que pudiese tener valor alguno.
Lo que hace que las oportunidades cobren vida es el sentido que ellas tengan para ti. Sigue recordándote a ti mismo por qué, con gran detalle, y descubrirás una manera de hacer lo que te propongas, sea lo que fuere.
Antes de que siquiera te pongas a pensar en cómo proceder, asegúrate de que sabes claramente por qué. Una vez que lo sepas, comenzarás a avanzar más rápido y con mayores certezas que lo que jamás podrías haber llegado a imaginar.
Gabriel Sandler
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