Un hombre que vivía en Turquía oyó hablar de un gran maestro que moraba en Persia. Sin dudarlo, vendió todas sus cosas, se despidió de la familia, y se fue en busca de la sabiduría.
Después de viajar durante años, consiguió llegar a la cabaña en la que vivía el gran maestro. Lleno de terror y de respeto, se acercó y llamó. El gran maestro abrió la puerta.
—Vengo de Turquía—dijo—. Hice todo este viaje sólo para hacerte una pregunta.
El viejo lo miró, sorprendido:
—Está bien. Puedes hacer sólo una pregunta.
—Necesito ser claro en mi pregunta; ¿puedo preguntar en turco?
—Sí—dijo el sabio—, y ya he respondido a tu única pregunta. Cualquier otra cosa que quieras saber, pregúntasela a tu corazón; él te dará la respuesta.
Y cerró la puerta.
Paulo Coelho
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