Eliana El
Una empresa japonesa de telecomunicaciones pidió a la empresa norteamericana AT&T que le vendiera unos cables. Se trataba de un pedido grande. AT&T preparó el pedido y revisando que las especificaciones técnicas estuvieran en orden envió a los nipones el cargamento de cables. Cuál no sería su sorpresa cuando recibieron los cables de vuelta ya que los japoneses no habían quedado conformes. La razón: los cables eran feos estéticamente. A los norteamericanos no se les ocurrió pensar en la estética de los cables porque su destino era permanecer debajo de la tierra, sin embargo la óptica de los japoneses era otra: la belleza es un indicativo de calidad, para ellos la estética simboliza el amor que se pone en la elaboración y en definitiva: el alma.
¿A qué viene esta historia?
Primero espero que la hayan disfrutado tanto como yo lo hice
Y segundo es una invitación a que cuides cada parte de tu vida. Al igual que los cables de los norteamericanos, desde la óptica japonesa, somos un todo y cada parte de nosotros dice algo sobre nuestra esencia, sobre la manera como cuidamos nuestra vida de manera integral. Me encanta específicamente que se trate el tema de la estética ya que muchas personas caen en el error de subestimar el cómo lucimos. Nuestro cuerpo es un templo y debemos cuidarlo con tanto esmero como cuidamos nuestro intelecto.
Fuente: http://www.creaturealidad.com
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