Para desobedecer hay que ser muy inteligente, porque estás decidiendo tu vida, tu futuro, tu destino.
He dicho que desobedezcas todo lo que te ha sido impuesto y va en tu contra, contra tu voluntad, contra tu inteligencia contra tu razón, contra tu ser. Arriésgalo todo y desobedece, porque, en realidad, cuando desobedeces estás obedeciendo a tu propio ser interno. Al desobedecer, estás obedeciendo a la existencia.
En otras palabras, cuando desobedeces, estás desobedeciendo a la personalidad y obedeciendo a la individualidad...
Todas las religiones han predicado la obediencia; por eso, para que lo vieras claramente, tuve que hacer énfasis en la desobediencia, en la rebeldía.
Eso no significa que esté en contra de la obediencia. Pero el tipo de obediencia que propugno es un fenómeno muy distinto. No es una imposición, sino el florecimiento de tu ser. Es tu inteligencia, tu madurez, tu estar centrado, tu vitalidad, tu respuesta. La fuente eres tú, no es Moisés, ni Mahoma, ni Jesús, ni yo, sino tú, sólo tú.
Pero ¿sabes quién eres? Sabes que eres judío, pero no lo eres. Sabes que eres católico, pero no lo eres. Sabes que eres hinduista, pero no lo eres. Sólo son imposiciones.
La gente ha estado dibujando encima de ti como si fueses un lienzo. Te pintan en consonancia con su idea. Quieren convertirse en tus ideales, quieren reducirte a un simple imitador...
La imitación es complicada: intentas ser alguien que no te corresponde, no es tu destino. Estás yendo contra la naturaleza de tu ser, estás nadando contra la corriente. Sí; imitar es muy difícil, pero no tan difícil como intentar volver a tu ser natural...
Por eso, cuando te digo que desobedezcas, te estoy diciendo que desobedezcas todo lo que no provenga de tu propio ser.
Obedece a tu naturaleza".
Osho, La magia de ser tú mismo
http://osho-maestro.blogspot.com/
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