Por Jennifer Hoffman
http://enlighteninglife.com 18 de enero 2015
Lo escucho de miles de personas cada semana y muchos se
están preguntando por qué tantas relaciones terminan ahora, lo cual incluye a
relaciones entre amigos, compañeros, esposos y familias. Alguien escribió
‘las familias se están fracturando ahora’; otro escribió
‘todos mis amigos se están divorciando’ y preguntó ¿nos estamos
dirigiendo hacia un tiempo en el cuál no habrá más relaciones? No es así. De
hecho estamos despejando el camino para poder tener relaciones basadas en el
alma en el lugar de en el karma. Y aunque no todas las relaciones terminan,
muchas están en revisión y avanzarán con fuerza o terminarán con un cierre y no
más karma.
Hubo un tiempo en el cual honrar los lazos familiares era
incuestionable y los matrimonios duraban hasta la muerte, independientemente de
lo que sucediera a puertas cerradas. Los tiempos han cambiado y eso es bueno
porque algunas familias y matrimonios son verdaderamente horribles. Pero estos
lazos son profundos, mucho más profundos de lo que reconocemos porque están
basados en el karma y los contratos del alma, propósitos de sanación, promesas
y obligaciones que hemos honrado durante muchas vidas. Con el fin del karma,
que es uno de los propósitos y potenciales de esta vida, cualquier relación
basada en el karma está ahora en revisión y puede liberarse o comenzar con una
nueva conexión energética.
Por mucho que queramos tener la familia o matrimonio perfectos,
muy pocas personas lo hacen pero eso depende de cómo definamos
‘perfecto’. Pienso que todos queremos relaciones con personas que
sean amorosas y que nos traten con bondad y respeto. A pesar de lo que creamos,
el propósito real de la familia es el de unir a un grupo álmico de forma que
facilite y estimule la sanación, creando una conexión poderosa para que pueda
ocurrir la sanación. Con la familia tenemos muchas expectativas de
comportamiento y aunque algunos elijan ser bondadosos, honestos y amorosos,
algunos no quieren eso. Entonces, debido a que tenemos expectativas tan fuertes
respecto a lo que debe ser y hacer la ‘familia’, cuando no suceden
esas cosas creemos que hay algo malo con nosotros o que es nuestro deber
arreglarlas o sanarlas.
Lo mismo sucede con los matrimonies o las relaciones a largo
plazo de cualquier tipo, incluyendo con nuestros hijos (ellos también tienen un
karma con nosotros). Muchas de nuestras expectativas se basan en lo que
creemos, basado en el tipo de conexión en lugar del entendimiento de la
naturaleza sanadora de los ciclos kármicos. Por ejemplo, porque ellos son mi
familia se supone que sean buenos conmigo y me amen. O porque es mi esposo
espero que sea amoroso, considerado y fiel. O amigos que se supone que sean
considerados y nos apoyen. O se supone que tenga una relación amorosa,
respetuosa y conectada con mis hijos (ésta es una de las más difíciles y
también ocurren rupturas entre padres e hijos).
Pero lo que nos unió fue un sendero kármico compartido y un
propósito de sanación, no una promesa de ‘felices para siempre’ con
ellos. Esto no significa que los lazos familiares y los matrimonios necesiten
terminar ahora. En su lugar, tenemos una oportunidad de apartarnos del karma y de
fijar nuevos estándares de conexión para nosotros mismos. Si queremos tener
relaciones alegres, amorosas, respetuosas, bondadosas y plenas, necesitamos
estar conectados con personas que puedan incorporar esas energías y no esperar
eso porque tengamos expectativas de esos comportamientos provenientes de
ciertas personas basándonos en una etiqueta asociada a una conexión.
Solamente se necesita la voluntad de una persona de salirse
del karma para terminarla y para crear un nuevo sendero para esa relación. Si
las otras personas involucradas acceden, entonces se crea un nuevo paradigma y
podemos tener un ‘felices para siempre’ con ellos. De no ser así,
entonces tenemos cierre y liberación, y podemos poner nuestra mira en atraer a
personas que puedan conectarse con nosotros al nivel que queremos. Donde quiera
que identifiquen una brecha en su vida (del mensaje de la semana pasada) hay una
oportunidad para revisión, para fijar un nuevo estándar de energía para esa
conexión para que se pueda liberar o renovar a un nuevo nivel.
Estamos acercándonos al final de la cuadratura Urano/Plutón
en marzo del 2015 y, lo más importante, el cierre de un ciclo muy largo para
toda la humanidad, marcado por las lunas nueva y llena de marzo, a 0 y 29.57º
de Piscis. Este es el alfa y el omega, el comienzo y el final. Somos el
empoderamiento de la nueva era, del cielo en la tierra, de los paradigmas de la
nueva tierra. Es aquello en lo que nos enfoquemos ahora y la revisión y cierre
que hagamos lo que nos impulsará hacia nuevos paradigmas de ser y hacia
relaciones con mayor frecuencia energética basadas en familias álmicas en lugar
de familias humanas basadas en el karma, y con compañeros que puedan unirse a
nosotros en nuestra totalidad en lugar de en nuestra sanación, y que puedan
amarnos, honrarnos y respetarnos porque comparten nuestro deseo de esas
energías y están conectados con nosotros de esa forma.
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