Una privilegiada familia sudafricana ha estado bajo escrutinio público después de haberse ido a vivir a un campamento para pobres ilegales, con la intención de averiguar cómo vive la otra mitad de la población.
“Dale a un niño todo el amor y la atención y serán felices en cualquier lugar”, escribió Ena Hewitt en el blog de la familia “Mamelodi for a Month”, donde escribe sobre el experimento social que tenía como propósito expandir los horizontes de la familia y entender más sobre la pobreza. “Ha habido momentos difíciles”.
En agosto, Ena y su esposo, Julian con sus hijas Julia de 4 años y Jessica de 2 se pusieron un presupuesto muy estricto y cambiaron su lujosa finca por una choza de latón sin electricidad ni plomería, justo a un costado de la casa de su ama de llaves. Y aunque tal parece, por lo que escriben en el blog familiar, que han aprendido lecciones dignas de los barrios bajos, como dormir juntos en las noches para permanecer calientes, o temerles a los adolescentes locales adictos a la Nyaope (una mezcla de heroína, marihuana, veneno para ratas, cloro y drogas retrovirales), los Hewitt también han sido sermoneados por muchos críticos que dicen que su aventura es una burla para la verdadera pobreza y los restos del Apartheid.
La familia ha sido llamada “condescendiente” y los han acusado de ser “gente ensimismada que no puede ver más allá de sus propios sentimientos de culpa” mientras participan en “pornografía de pobreza”
El efecto, o la falta de éste, que ha tenido en sus hijas también ha sido cuestionado.
“Puedo apreciar cómo los valores de los padres los condujo a tomar la decisión de querer entender cómo viven otros, pero no creo que unas niñas de 2 y 4 años puedan beneficiarse de la experiencia como lo haría un adulto”, Jamie Howard, una psicóloga clínica con el Child Mind Institute, le dijo aYahoo Shine. “Básicamente se les están pegando a sus padres, un poco confundidas”. Eso es porque están en una edad donde siguen desarrollándose mentalmente.
“Creo que los adolescentes podrían comenzar a entenderlo. Pero [los niños de esta edad] solo tienen una capacidad limitada para comprender el punto de vista de los demás, y su principal preocupación es satisfacer sus necesidades básicas “, dice Howard, quien agregó que la experiencia puede incluso no tener un impacto duradero, ya que los recuerdos de la infancia empiezan grabarse alrededor de los 3 años.
Pese a las críticas, muchas personas, incluyendo a su ama de llaves, Leah Nkambule, otros de sus vecinos y muchos seguidores de Twitter, han alabado los esfuerzos de la familia de querer disminuir la brecha que existe.
“Es difícil criticar a alguien que trata de atraer la atención al problema de la pobreza”, Sendhil Mullainathan, profesor de economía de Harvard y coautor del libro “Scarcity: While Having Too Little Means So Much”, le dijo a Yahoo Shine. “En cierto modo esto es una reminiscencia de ‘Nickel and Dimed’”. Se refiere al libro de 2001 sobre la investigación de la escritora Barbara Ehrenreich y la vida de los trabajadores pobres, escrita desde su perspectiva como periodista encubierta trabajando como camarera, conserje y empleada de Walmart.
Pero si bien sería un error menospreciar el esfuerzo de los Hewitt, añade que “sería muy peligroso sugerir que han experimentado plenamente la pobreza.” Parte de eso, Mullainathan explica, se debe a que, mientras que algunos de los efectos de un mal ambiente (como el miedo de robo) pueden ser experimentados rápidamente, otros toman tiempo. “¿Cómo se puede simular la falta de cuidado dental que lleva a un dolor punzante, la falta de atención médica que te deja enfermo y quizá los recuerdos de un niño (o la esposa) perdidos durante un parto?”
El coautor del libro, Eldar Shafir, profesor de psicología y asuntos públicos de la Universidad de Princeton, está de acuerdo. Le contó a Yahoo Shine que probablemente la mayor preocupación entre los críticos de este tipo de ejercicios es el riesgo de aprender las lecciones equivocadas”, o al menos de no apreciar el peso de las cosas que son reales”.
Como ejemplo, Shafir menciona una entrada del blog de la familia acerca de las ventajas de vivir en el barrio y de compartir una cama individual. “Todos dormimos en una cama aquí (un hábito que estoy seguro va a ser difícil de romper una vez estamos de vuelta en casa) pero a las niñas les encanta”, escribió Ena. “Es cálido, se sienten amadas y les damos un montón de abrazos en la noche cuando hace frío”
Shafir explica que “compartir una cama parece acogedor y lindo cuando se trata de una experiencia como de campamento de un mes. Pero es un verdadero reto, que afecta el sueño, la intimidad, la privacidad cuando alguno se enferma… cuando es la única manera, mes tras mes”.
Fuente: YahooNoticias
VÍA NECESITO DE TODOS
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