Todo lo que vemos lo entendemos a través del pasado. Por ejemplo, si queremos explicar la utilidad de un objeto buscaremos nuestra experiencia en el pasado para hacerlo. ¿Qué es una taza?, un objeto que se usa para beber café…, es lo que hago todas las mañanas. También definimos a las personas gracias a nuestra interrelación con ellas en el pasado. Fulanita es de una manera u otra, porque [me] hizo esto o aquello. Pero, mientras utilicemos el pasado para definirla, no nos podremos relacionar con ella en el presente.
A nuestra mente dual, nuestro ego, no le gusta que nos detengamos en el momento presente. Por eso, nos enseña el presente como una continuidad entre pasado y futuro. Este es el reto que hemos de traspasar para conseguir adentrarnos en el ahora y, la forma de hacerlo es no tener en cuenta el pasado.
Creemos que nos relacionamos en el ahora estando atentos, pero hace falta algo más. Me relaciono en el momento presente con alguien cuando logro no tener en cuenta lo que [me] hizo en el pasado. Con esta actitud el otro se libera de aquello que pudo hacer[me] (que probablemente solo estará en mi mente) y yo a la vez también me libero. Así, acalladas las expectativas podemos tener una relación libre entre iguales en el eterno momento presente.
Maru Canales
Autora del libro “Feng Shui en la vida”
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