Donald
iba conduciendo su coche deportivo por la avenida principal cuando, de
pronto, notó una luz roja intermitente detrás. Era un coche de la
policía.
Rápidamente, Donald aparcó a un lado.
—Agente —balbució—, solo iba a cincuenta en una zona de setenta.—Señor —dijo el agente—, solo...—Además —le interrumpió Donald con indignación—, ¡como ciudadano me ofende que se me asuste de esta manera!Por favor —continuó el agente—, cálmese, relájese...—¡Que me relaje! —gritó Donald fuera de sí—. ¡Me va a poner una multa y quiere que me relaje!—Señor —imploró el agente—, déme la oportunidad de hablar. No le voy a poner una multa.—¿No? —dijo Donald, atónito.
—Solo quería informarle de que lleva pinchada la rueda trasera de la derecha.Nadie está dispuesto a escuchar lo que dice el otro.
¿Has escuchado alguna vez lo que está diciendo el otro?
—Solo quería informarle de que lleva pinchada la rueda trasera de la derecha.Nadie está dispuesto a escuchar lo que dice el otro.
¿Has escuchado alguna vez lo que está diciendo el otro?
Antes
de que se diga una palabra, ya has empezado a sacar conclusiones. Tus
conclusiones se vuelven inmutables; ya no eres líquido.
Volverse rígido, congelado, es volverse idiota; permanecer líquido es permanecer inteligente.
Volverse rígido, congelado, es volverse idiota; permanecer líquido es permanecer inteligente.
La inteligencia está siempre fluyendo como un río.
VÍA OSHO CHISTES
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