Con frecuencia las personas se hacen amigas de nosotros o nos hacen favores con una intención oculta. Del mismo modo, la amistad que ofrecemos a otros es frecuentemente condicional, tal vez hasta sin que nos demos cuenta de ello. Sí, incluso nuestro compartir puede tener condiciones.
Si alguna vez te has sentido decepcionado por tus amigos, es posible que la amistad que ofreciste estuviera supeditada a recibir alguna forma de beneficio al final del camino. Si queremos agregar una nueva dimensión de comprensión a nuestras amistades, debemos entender que la alegría viene de lo que damos, no de lo que queremos de vuelta.
YEHUDA BERG
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