En general, en nuestro habitar el mundo, nos movemos por necesidad, y la necesidad pasa de lo material a lo emocional, cubriendo inconscientemente una carencia por otra.
En las parejas esto se ve a menudo en el siguiente reclamo: “Necesito que seas así”o “necesito que lo hagas por mí” o “no me haces feliz, necesito que cambies”. También se puede ver en las relaciones: “cuando tenga tal puesto de trabajo, estaré mejor”, “las cosas serían diferentes si conseguiera aquello…”, “algún día esta situación va a cambiar, entonces yo podré manejarme como quiera”.
En resumen todo ronda en lo siguiente: “necesito llegar a esto para poder ser feliz”.Me siento un hombre incompleto, un hombre desdichado, entonces espero que el afuera me dé lo que no encuentro en mi propio espacio interior. ¿Es esto posible?.
Se trate de una búsqueda material, como alcanzar cierto status social o un progreso económico; o de una necesidad emocional, como que alguien me dé la felicidad que no consigo por mí mismo, ambas búsquedas están enfocadas en lo mismo: completarse en el afuera.
Todos podemos reconocer un sentimiento, una sensación incómoda, que nos está diciendo “esto no es todo, hay algo más”. Esta sensación acarrea muchas veces una gran frustración, incluso depresión.
Este sentir tuvo un origen, y si no lo hacemos consciente, continuaremos buscando insaciablemente afuera, cuando en realidad se trata de zambullirse en un mundo que es sólo mío, porque único es mi recorrido como ser espiritual.
vía reflexiones diarias
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