El hogar no es un lugar físico, un estado civil o una estructura social. Es un espacio infinito de amor en el cual encuentras descanso cada vez que lo buscas.
Tu hogar está contigo, va contigo a donde vayas y por él no se paga renta. Estás en él cuando comprendes que todos somos familia y por lo tanto no existen extraños ni desconocidos. Cuando contemplas al resto de la humanidad como lo que son: partes de ti mismo, piezas de la totalidad, seres que como tu caminan por el planeta en aprendizaje y crecimiento.
Estás en el hogar cuando amas, perdonas y sirves y especialmente cuando nada ni nadie es capaz de alterarte ni confundirte. Ese es tu lugar seguro, tu refugio y tu roca.
Allí escuchas la voz de tu ser y la sigues confiado, eres tú mismo y gozas de la existencia plenamente. Disfrutas la noche tanto como el día, la lluvia tanto como el sol y la compañía tanto como la soledad.
Cuando estás en ese eterno lugar no puedes sentirte solo. La tristeza es imposible. La preocupación y la ira son palabras desconocidas. Existe una conexión maravillosa con el cielo, vives en él y comprendes por fin que la apariencia de tu hogar depende totalmente de tu propia percepción.
Una casa no es un hogar mientras no te sientas seguro en ella. El más lujoso palacio o la más humilde choza son apenas techos y paredes que cobijan tu cuerpo de la intemperie. No hay diferencia entre un techo de paja y un cielo raso lujoso, la verdadera opulencia de tu morada viene de adentro y decora magníficamente el palacio y la choza.
No hay mejor accesorio en una vivienda que la luz de los que en ella habitan. No hay mejor atención que sentirse acogido y a gusto en un lugar. No hay mayor lujo que la armonía en una familia, ni mayor riqueza que poder llegar a casa feliz de permanecer en ella como refugio del mundo y como descanso y solaz.
Muchos llegan a casa como si llegaran a un lugar de paso, esperando que llegue la hora de dormir para escapar de su soledad y hastió. Otros viven en lujosos palacios rodeados de símbolos de grandeza pero vacíos por dentro. Algunos vagan por el mundo llevando con ellos, en su interior, el más glorioso hogar.
Prepara tu hogar dentro de ti, decóralo con alegría y gratitud, llénalo de amor y gozo, ilumínalo con tu propia luz. A donde vayas, con quien estés y en la situación que te encuentres, ese hogar ira contigo y será el refugio seguro en el cual habitarás sereno.
Es tu hogar, tú decides como es, pintas sus paredes y cuelgas los cuadros que quieres ver: alegres y coloridos o sombríos y lúgubres. Si no te gustan cámbialos por otros que te muestren un lado más amable de la existencia. Ese hogar es tu lugar soñado, créalo en tu mente y cada vez que lo visites agrega belleza y armonía a él.
Imagina el más hermoso escenario para tu hogar interior y acude a él cada vez que sientas que estás solo, que no vales, que has fracasado, que te han defraudado. En ese hogar habita tu aspecto divino y eterno que es capaz de consolarte con su presencia inefable. No deseches la oportunidad de entrar en tu habitación de paz perfecta pues en ella está la llave para una vida gratificante y plena que depende absolutamente de tu estado interior y de tu capacidad de vivir a gusto en ese hogar que llevarás contigo siempre.
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