viernes, 18 de mayo de 2012

“La paciencia como virtud”



Un estudiante preguntó a un maestro de zen cuánto tiempo le llevaría iluminarse.

- Unos quince años –le respondió el maestro.

- ¡Qué! –exclamó el estudiante– ¡Quince años!

- Bueno, para tí llevaría unos veinticinco años.

- ¡Qué en mi caso llevaría veinticinco años!



- Ahora que lo pienso mejor, puede que llevara cincuenta años.

Fuente: “El despertar del zen en occidente” de Philiph Kapleau.

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