Tómate un momento. Cierra los ojos. Imagina delante de ti la fruta más deliciosa, exquisita y jugosa que has probado jamás. Mírala. Su color, su profundo color maduro, estallando con vida. ¡Ésta es tu cosecha! Ahora inhala el delicioso aroma de tu fruta. Inhálala dentro de ti, el aroma de madurez, de un momento glorioso, del ahora. Inhálala dentro de ti y hacia abajo a tu corazón, a tus pies. Ahora siente que tus pies echan raíces, directo en el suelo, absorbiendo toda la lluvia y la bondad del sol que la tierra ha estado acumulando durante años, esperando sólo por ti, en este momento. Sostén ahora tu fruto en la mano y siente su peso. Casi puedes sentir su sabor, esta deliciosa fruta madura y pesada sólo esperando por ti, para el momento correcto. Acerca tu rostro a ella e inhala de nuevo. Es casi la hora. Casi la hora de tomar un bocado, un bocado jugoso, un bocado de TU fruta, tu deliciosa fruta. La vas a saborear cuando sea el momento adecuado. Sabe esto y siéntete satisfecho con la belleza de tu cosecha interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario