Hagamos este simple ejercicio: sumemos las horas del día en que estamos ocupados en cosas ajenas a la mente (trabajar, comer, asearnos, movilizarnos, dormir) y veamos qué tiempo real nos ocupamos psicológicamente de nosotros mismos.
El resultado sorprende y preocupa. La mayoría invierte en su autoconocimiento menos de un diez por ciento del tiempo disponible. La consecuencia de este adormecimiento cognitivo y emocional es la automatización.
Walter Riso
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