Nunca es tarde
Cuenta una historia que una diosa huyó asustada por el bosque hasta un lugar llamado Loto, destinado a los fracasados, los perdedores, aquellos que no se creían merecedores de nada. Allí se hundió, en el lodo más profundo para surgir siglos más tarde convertida en una flor de bellos y grandes pétalos y elevarse en aguas cristalinas como el Ave Fenix que renace de sus cenizas, como nosotros mismos cuando trascendemos nuestros conflictos y brillamos. Esta hermosa flor representa el triunfo del renacer trascendiendo nuestro drama personal”.
¡Seamos como Flores de Loto!
Otra Mirada
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