Es probable que algunas personas de tu alrededor sean aficionadas a la queja. “El precio de la fruta ha aumentado”, “Mi jefe es insoportable”, “Qué calor hace hoy”… y la lista es tan extensa que no alcanzas a ver su final.
Nadie está exento de los problemas y eso seguro lo sabéis de sobra. Sin embargo, podemos tomar cierta actitud en la vida y ser agradecidos con lo que tenemos y hasta con lo que no. Un proverbio hindú dice: “Si no eres feliz con lo que tienes, tampoco lo serás con lo que te falta”. Entonces, si nos quejamos porque hace frío y también cuando hace calor, ¿Qué es lo que queremos?
Quizás, para empezar a no quejarnos tanto deberíamos plantearnos qué es lo que nos gusta y en segundo lugar, buscar lo positivo de cada situación. Si, porque todo lo que nos ocurre tiene “un medio vaso lleno y un medio vaso vacío”. Aún en lo más doloroso y horrible de nuestras vidas podemos divisar el arco iris tras la tormenta.
Existen mil motivos para quejarse de algo, pero mil y una razones para no hacerlo. ¿Sabías además que la queja no conduce a nada? Es decir, no por quejarte van a bajar el precio de las frutas, ni tu jefe será el más bueno del mundo, tampoco mágicamente la carretera estará sola para ti, ni el clima será perfecto los 365 días del año.
¡Sé el cambio que quieres ver en el mundo!
VÍA LA MENTE ES MARAVILLOSA
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