Estamos hechos de pequeños placeres fabricados a golpe de obra diaria de nuestra propia mano. Nos rodeamos de actividad o porque la recibimos, o porque la generamos, y a esas pequeñas maniobras las denominamos verbos. El verbo es acción, vida, lo que mueve el mundo (por mucho que otros digan que es el amor).
Se puede titular un libro con sólo tres verbos e intuir el contenido – la conocida novela así lo muestra “Come, reza, ama” -, pero la pregunta que nos hacemos hoy es: ¿qué tres verbos describirían una vida plena?
Algunos responderían “viajar, trabajar, arriesgar”, para alguien cercano a nosotros podría ser “madrugar, perdonar, saber” e incluso encontraríamos “fabricar, planificar, ordenar”. Otros nos dirían, que tres son muy pocos y que no se puede agrupar una vida alrededor de tres palabras.
Sin embargo, hay un trío que podrían aglutinar estados, acciones y protagonistas, y que recogería y resumiría una vida plena para recomendarle a alguien: Come, ríe, ama.
“Adoro los placeres sencillos, son el último refugio de los hombres complicados”
-Oscar Wilde-
VÍA LA MENTE ES MARAVILLOSA
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