A nadie le gusta que le mientan. No nos hacen gracia las mentiras piadosas ni que decidan por nosotros lo que debemos saber o no. Si la verdad hace daño somos nosotros quienes lo tenemos que considerar.
La gente tiene la mala costumbre de ocultar cosas que hacen, dicen o piensan porque creen que así nos evitan el daño. Pero no, en realidad no hay nada tan desgarrador como la mentira, el ocultismo y la hipocresía. Nos hace sentir pequeños y vulnerables a la vez que genera desconfianza e inseguridad ante el mundo.
No hay nada que nos rompa más por dentro y que nos revuelva las entrañas tanto como que decidan por nosotros, que traicionen nuestra confianza o que nos asuman incapaces de tolerar y vivenciar ciertas experiencias.
VÍA LA MENTE ES MARAVILLOSA
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