Normalmente la década de los 40 comienza a ser una etapa en la que te encuentras entre dos generaciones que ponen en evidencia lo efímero de la vida. Así, como es de esperar, comienzas a cuestionarte los imperativos que te han llevado hasta el lugar en el que te encuentras.
De este modo, intentas conciliar las responsabilidades asumiendo ciertos riesgos que te permitan descubrir el camino a todos esos sueños de los que un día te apartaron las exigencias y las situaciones opresivas que te agotaron emocionalmente.
Asimismo, de repente, cuando vas cumpliendo años parece que la niebla se disipa y comienzas a ver aquello que antes no podías. O sea, se pulsan las cuerdas de tu corazón al ritmo de una percusión que se aproxima lejana.
VÍA LA MENTE ES MARAVILLOSA
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