1.- Un día tomamos conciencia, a pesar de todos nuestros títulos y diplomas, de que no sabemos casi nada profundo de nosotros mismos. Ese día nos convertimos en buscadores y salimos de viaje.
2.- Iniciamos el viaje más útil que como exploradores podemos hacer. ¿Pero en qué dirección? A una montaña subimos por un sendero u otro, los caminos de acceso pueden ser infinitos, pero nunca subimos por dos simultáneamente.
3.- No se necesitan maletas, no hay que desplazarse, por esa misma razón también es el viaje más difícil.
4.- Explorar nuestro interior es lo más parecido que hay a explorar el Universo. En este camino conviene tener presente la siguiente cita sufí: “El que se conoce a sí mismo conoce a su Señor”
5.- Es cierto que los maestros son fundamentales y pueden acompañarnos en la parte del camino que conocen. Pero ellos sólo pueden mostrarnos las puertas que debemos abrir, en ningún caso pueden abrirlas por nosotros.
6.- Recordemos también que por muy sabia que sea, ninguna persona puede conocernos mejor que nosotros mismos. Tratemos de descubrir a qué hemos venido al mundo. Pasemos a la acción…
7.- Aprendamos a reconocer el contenido de nuestra propia “sombra”, lo que ocultamos y negamos. Aquello que nos molesta exageradamente.
8.- Ayudémonos de herramientas que hayan mostrado su eficacia en esa búsqueda. Y por supuesto seamos capaces de “poner en cuestión” y de sacar nuestras propias conclusiones.
9.- Las teorías son infinitas, pero en este camino por el que transitamos sólo cuenta aquello que podamos experimentar por nosotros mismos. No existe ninguna universidad del autoconocimiento.
10.- El único pecado, a decir de los sufís, del que podemos arrepentirnos es el de perder el tiempo. La vida es demasiado valiosa para desperdiciarla.
VÍA PLANO SIN FIN
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