“Un minuto para el absurdo”
Cien veces al día burlamos nuestros propios defectos censurándolos en los demás.
Michel De Montaigne
Una buena manera de descubrir tus defectos -dijo el Maestro– consiste en observar qué es lo que te irrita de los demás.
Y contó cómo su mujer, que había dejado una caja de bombones en el estante de la cocina, descubrió una hora más tarde que la caja pesaba bastante menos: todos los bombones de la capa inferior habían desaparecido y habían ido a parar a una bolsa de papel que se encontraba encima de las pertenencias de la nueva cocinera. Para no poner a ésta en una situación enojosa, la bondadosa mujer del Maestro, volvió a colocar los bombones en la caja y guardó ésta en una alacena, a fin de evitar posibles tentaciones.
Después de la cena, la cocinera anunció que dejaba su trabajo aquella misma noche.
-¿Por qué? ¿Qué sucede?-, preguntó el Maestro.
-No quiero trabajar para personas que roban, fue su desafiante respuesta.
Colaboración de María Inés Diorie
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