El arte de la paz comienza en ti mismo: trabaja para conseguir que permanezca a tu lado. Todos poseen un espíritu que puede perfeccionarse, un cuerpo que puede entrenarse y un camino a seguir.
Tú estás aquí para cumplir con estas tres metas, y para eso se necesitan dos cosas: mantener la tranquilidad y practicar el arte en cada cosa que hagas. Ninguno de nosotros precisa dinero, poder o estatus para practicar el arte: en este exacto momento tú estás con los pies en el Paraíso y debes entrenarte ahora.
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