El mundo es como un gran espejo, lo que vemos en otros es de hecho una proyección de nuestro estado de conciencia.
Los rasgos en otros que pulsan nuestros botones son los que más nos desagradan de nosotros mismos, y las personas que pulsan nuestros botones son aquellas que nos empujan hacia la mejor persona en la que estamos destinados a convertirnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario