Hacía mucho frío. La
nieve caía sin cesar y el hielo se formaba sobre las aguas. Los animales nunca
habían visto nieve antes. Al principio, fue una novedad, algo con qué jugar.
Pero el frío aumentó diez veces más y comenzaron a preocuparse. Los animales
pequeños estaban siendo sepultados en los montículos de nieve y los animales más
grandes apenas podían caminar porque la nieve era muy profunda. Muy pronto,
todos perecerían si no hacían algo.
“Debemos enviarle un
mensajero a Kijiamuh Ka’ong, el Creador quien crea al pensar lo que será”, dijo
Búho Sabio. “Tenemos que pedirle que piense al mundo cálido otra vez para que el
Espíritu de la Nieve nos deje en paz.”
Los animales
estuvieron satisfechos con ese plan. Comenzaron a debatir entre ellos, tratando
de decidir a quién enviar hasta el Creador. Búho Sabio no podía ver bien durante
el día, así que no podía ir. El Coyote se distraía fácilmente y le gustaba
gastar bromas, así que no se podía confiar en él. La Tortuga era firme y
estable, pero se arrastraba con demasiada lentitud. Finalmente, Cuervo Arco
Iris, el más hermoso de todos los pájaros, con relucientes plumas de tonalidades
de arco iris y una encantadora voz para el canto, fue elegido para ir a Kijiamuh
Ka’ong.
Fue un arduo viaje,
tres días subiendo más y más al Cielo, pasando los árboles y las nubes, más allá
del Sol y de la Luna, e incluso por encima de todas las estrellas. Los vientos
lo azotaban y no tenía lugar donde descansar, pero se comportó valientemente
hasta que llegó al Cielo. Cuando Cuervo Arco Iris llegó al Lugar Sagrado, llamó
al Creador, pero no recibió respuesta. El Creador estaba demasiado ocupado
pensando lo que sería para notar siquiera al más hermoso de los pájaros. Así que
Cuervo Arco Iris comenzó a cantar su más bella canción.
El Creador fue
sacado de sus pensamientos por el hermoso sonido y fue a ver qué pájaro lo
hacía. Saludó a Cuervo Arco Iris amablemente y le preguntó qué regalo podía
darle al noble pájaro a cambio de su canción. Cuervo Arco Iris le pidió al
Creador que no pensase más en la nieve para que los animales de latiera no
quedasen sepultados y muriesen congelados. Pero el Creador le dijo a Cuervo
Arco Iris que la nieve y el hielo tenían espíritu propio y no podían ser
destruidos.
“¿Qué haremos
entonces?”, preguntó Cuervo Arco Iris. “Nos congelaremos o ahogaremos bajo la
nieve.” "Ustedes no se congelarán”, le aseguró el Creador, “porque pensaré en el
Fuego, algo que calentará a todas las criaturas durante las épocas de frío.” El
Creador metió un palo en el sol abrasador. La punta brillaba con un fuego
brillante que ardía resplandeciente y daba calor. “Este es el Fuego”, le dijo a
Cuervo Arco iris, dándole el extremo frío del palo. “Debes apresurarte e ir a la
Tierra tan rápido como puedas volar antes de que el palo se
queme.”
Cuervo Arco Iris le
dio las gracias al Creador y voló tan rápido como pudo. Era un viaje de tres
días hasta el Cielo y él estaba preocupado, temía que el Fuego se extinguiese
antes de que él llegase a la Tierra. El palo era largo y pesado, pero el Fuego
mantenía caliente a Cuervo Arco Iris mientras descendía del Cielo hacia abajo, a
la senda brillante de las estrellas. Entonces el Fuego se volvió candente al
acercarse a las plumas de Cuervo Arco Iris. Al volar más allá del Sol, su cola
se incendió, volviendo negras las hermosas y brillantes plumas. Para cuando voló
más allá de la Luna, todo su cuerpo estaba negro de hollín del ardiente Fuego.
Cuando se sumergió en el Cielo y voló a través de las nubes, el humo le llegó a
la garganta, estrangulando su hermosa voz cantora.
Para cuando Cuervo
Arco Iris se posó entre los animales de la Tierra que se congelaban, estaba tan
negro como el alquitrán y sólo podía graznar en lugar de cantar. Les entregó el
Fuego a los animales y ellos derritieron la nieve y se calentaron, rescatando a
los animales más pequeños de los montículos de nieve donde estaban
enterrados.
Fue un tiempo de
regocijo para Tindeh porque el Fuego había llegado a la Tierra. Pero Cuervo Arco
Iris se sentó aparte, entristecido por sus feas plumas opacas y su voz ronca.
Entonces sintió el toque del viento en la cara. Levantó la vista y vio al
Creador que crea al pensar lo que será, caminando hacia
él.
"No estés triste,
Cuervo Arco Iris", dijo el Creador. "Todos los animales van a honrarte por
el sacrificio que hiciste por ellos. Y cuando las personas vengan, no te
cazarán, porque hice que tu carne sepa a humo por lo que no es buena para comer,
y tus plumas negras y tu voz ronca evitarán que el hombre te ponga en una jaula
a cantar para él. Serás libre."
Entonces el Creador
se refirió a las plumas negras de Cuervo Arco Iris. Ante sus ojos, Cuervo Arco
Iris vio que las plumas opacas se volvían brillantes y dentro de cada una se
podían ver todos los colores del arco iris. "Esto va a recordarles a todos los
que te vean el servicio que le hiciste a tu pueblo", dijo, "y el sacrificio que
hiciste para salvarlos a todos. Y así será para siempre.”
Canalizado por
Gillian MacBeth-Louthan
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