La langosta, cuando se deja en lo alto y se seca en las rocas, no tiene la percepción y energía suficiente para buscar su camino de regreso al mar, sino que espera a que el mar venga a ella. Si no viene, ella se queda donde está y muere, aunque el más mínimo esfuerzo le haría posible alcanzar las olas, que quizá están ondeando a menos de un metro.
Hay una ola en los asuntos humanos que lanza a los hombres a lugares difíciles y los deja allí, como una langosta tirada, Si deciden quedarse donde las grandes olas los han dejado, esperando que una gran cresta los lleve en sus hombros y los transporte a suaves aguas, es muy probable que sus esperanzas nunca se conviertan en realidad.
Henry Ward Beecher
Vía Renuevo de Plenitud
No hay comentarios:
Publicar un comentario