Vivimos en un mundo de locos, donde no prestamos atención a lo importante y gastamos la vida en lo caduco. De hecho, un buen modo de saber que estás despertando a la realidad es comenzar a percibir la locura de quienes te rodean… Y la que tú mismo has vivido hasta ese momento.
¿Te has dado cuenta de que has dedicado tu vida, tu energía, tu tiempo y tus esfuerzos a alcanzar algo que no tiene ningún valor? Cuando uno no se conoce, es fácil identificarse con las posesiones, ser lo que tienes… Ser lo que mañana puedes dejar de tener… Dejando también de ser.
Buscamos la felicidad en lo externo, y hacemos de todo una posesión: tengo unas notas fantásticas, tengo un trabajo estupendo, tengo una familia maravillosa,tengo un gran reconocimiento social… Buscamos la felicidad en cosas que vienen y van, en cosas que hoy están y mañana no.
Alguien debería explicarnos que para ser feliz no es necesario añadir nada a nuestra vida, que basta con desprenderse de los apegos y falsas necesidades… Pero mientras, seguimos inmersos en ese torbellino de locura que nos lleva a quemar nuestras vidas intentando ser el más loco del manicomio, tratando de ser su director.
VÍA YO EVOLUCIONO
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