Norman Vincent Peale, el famoso escritor que inspiró a miles de lectores a través del pensamiento positivo, hablando desde el púlpito de la Marble Collegiate Church de Nueva York, de la que fue pastor por muchos años, hasta su muerte, recordaba a su auditorio que "los vientos fuertes del norte fueron los que forjaron el carácter de los vikingos".
Y para apoyar su razonamiento contó la anécdota que había escuchado de un amigo a quien estimaba mucho, el profesor Dale Carnegie, sobre un hombre que heredó una granja en La Florida. Este hombre vendió todos sus bienes, empacó sus pertenencias y dio la espalda al frío de su estado natal Nueva Inglaterra, y con gran ilusión emprendió la marcha hacia el soleado sur, para reclamar su patrimonio.
Al llegar, vio con desaliento que la tal "granja" estaba compuesta solamente de tierras arenosas y piedras. Ninguna cosecha podía esperarse de semejante terreno.
El flamante propietario no podía dar marcha atrás.
El frustrado heredero decidió que tenía que hacer algo con su nueva posesión.
Y descubrió, para mayor zozobra, que aquello estaba lleno de víboras de cascabel.
Ante tamaña adversidad pensó en convertirse en criador de esos animales.
Comenzó a capturar los ofidios y pronto armó un lucrativo negocio vendiendo pieles para bolsos y zapatos. En cuanto tuvo pericia en esa nueva actividad, se dedicó a extraer el veneno que suministraba a hospitales y laboratorios para la preparación de sueros y antídoto.
Y hasta empezó a vender ¡carne de víbora enlatada!
Entonces los periódicos se interesaron en el extraño "granjero'', capaz de hacer florecer un negocio en condiciones aparentemente tan adversas.
Y los turistas empezaron a llegar a hacer compras y a visitar la rara granja.
Atrajo a más de veinte mil turistas el primer año. Y todos pagaban una cuota pequeña al entrar.
Los vecinos apreciaron la inventiva y el esfuerzo por superar adversidades de este hombre. Y en honor a esa actitud positiva le rindieron un perdurable tributo.
Fue así como la población fue rebautizada con el nombre de Rattlesnake, Florida, que significa "víbora de cascabel".
León Shimkin, cuando era presidente de Simón & Shustter, una de las mayores editoriales del mundo, acuñó la frase que ha pasado a ser clásica en los seminarios de gerencia: "Aquí no hay problemas, solamente oportunidades".
Cuando se encuentre frente a una adversidad, deténgase y piense, ¿qué oportunidad habrá oculta aquí para mí? Y no lo dude, si busca con actitud mental positiva, la encontrará.
Por ejemplo, es bien sabido que la naturaleza compensa la falta de algún sentido, agudizando otro.
Por ejemplo, los ciegos desarrollan un oído excepcional y un tacto fuera de lo común.
Cuando algún pesimista me dice que la escasez de petróleo paralizará al mundo y nos devolverá a la Edad Media, siento lástima por su poca imaginación y su falta de fe en el ser humano. Lo que creo que ocurrirá finalmente aún cuando habrá sacrificios, indudablemente, es que desarrollarán otras fuentes, como la energía solar, por ejemplo, y
Saldremos de la crisis fortalecida con costos infinitamente menores y una mucha menor contaminación del ambiente.
No lo dude. Cuando David J. Schwartz escribió en su libro "La magia de pensar en grande'' que "cada adversidad abriga en su seno la semilla de un beneficio equivalente o mayor'', escribió una enorme verdad.
Franklin D. Roosevelt encontró al quedar paralítico la oportunidad y el tiempo para meditar que lo llevó a ser presidente de los Estados Unidos.
Demóstenes encontró en el esfuerzo por superar su tartamudez, el camino a la inmortalidad como orador.
¿Encontraremos usted y yo las oportunidades disfrazadas de adversidad que se nos presentan en la vida?
LO NEGATIVO: Dejarnos engañar por el envoltorio de adversidad que traen nuestras oportunidades.
LO POSITIVO: Ver la adversidad como un reto a nuestra actitud mental positiva.
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