Los hijos afilan las garras y los dientes en los huesos de sus padres...
- ¿Qué te hace pensar que tu hija no está respetando su dignidad como mujer?
- Yo siempre le he enseñado que lo importante en una pareja es la comunicación, la confianza, el respeto, la igualdad... Y ella lo único que hace es juntarse con parejas que precisamente no respetan eso, que no la tratan como se merece... ¿Cómo quiere que me quede de brazos cruzados mientras veo eso?
- ¿Cómo te sientes?
- ¡Rabiosa!
- ¿Te está siendo útil esa rabia?
- Es evidente que no.
- Entonces te sientes impotente...
- ¡Es que no lo entiendo!
- No puedes entender aquello que no respetas.
- ¿Cómo quieres que respete que mi hija se denigre?
- Espera un momento... Vamos a ver, te voy a hacer una pregunta y es muy importante que te pienses muy bien la respuesta, ¿de acuerdo?
- Sí.
- ¿Tú hija ha sufrido malos tratos físicos por parte de su pareja?
- Que yo sepa no. Pero si sigue así acabará por recibirlos...
- ¿En qué te basas para afirmar eso?
- Con 19 años el novio hace de ella lo que quiere, pero sabe que estamos los padres detrás porque ella vuelve cada día a casa, pero, ¿qué pasará el día que se case y no pueda contar con nuestra protección?
- Joder...
- ¿Qué?¿Acaso no tengo razón? ¿Cómo quieres que me quede impasible mientras mi hija tira su vida a la basura?
- Lo único que me has dicho es que el novio de tu hija le fue infiel con otra chica y que tu hija ha decidido perdonarlo.
- ¡Por dependencia emocional, no por amor!
- ¿Y?
- ¿Qué clase de psicólogo eres que no reaccionas ante la dependencia emocional como algo negativo?
- Intento ser la clase de psicólogo que hace pensar, no el que adoctrina. Tal vez deberías pensar en hacer algo parecido...
- ¿Me estás llamando adoctrinadora? ¿Por qué me insultas?
- ¿Te sientes insultada?
- ¡Pues claro!
- De acuerdo, sé que va a ser difícil, pero me gustaría que pienses en el motivo por el que yo he dicho eso. ¿Lo he dicho para fastidiarte?
- Supongo que no...
- ¿Entonces?
- Es que... Es que no me parece justo, yo sólo quiero que no sufra...
- Y eso está muy bien, pero, el principal problema es que le das a tu hija toda la información tan masticada que no tiene que pensar nada, se le va a atrofiar el cerebro.
- ¿Tengo que dejar que sufra?
- Tienes que dejar que se equivoque, si sufre de sus equivocaciones, tal vez aprenda algo y desee hacer las cosas diferentes la próxima vez. Pero, si tiene una especie de Pepito Grillo gruñón en el hombro no tendrá que pensar, simplemente hará lo contrario de lo que tú dices, sólo por explorar...
- ¿Es lo que me explicas el otro día de la demonización?
- Más o menos. Estás educando a tu hija a que se someta o reaccione, no a que piense por si misma. Debería aprender a gestionar sus emociones y sus razonamientos, integrándolos, y aprendiendo cuando se equivoque. Para ello necesita alguien experimentado que le aconseje, pero que no le imponga en base a sus miedos, que la deje escoger...
- ¿Y qué pasa con mi sufrimiento?
- Tendrás que aprender a gestionarlo.
- ¿Cómo?
- Quiero creer que ese es el motivo por el que haces psicoterapia...
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