ENCADENADOS AL CONSUMO...♥

Nuestra vida no puede limitarse a trabajar, tomar el metro o el transporte que sea, e ir a dormir. Cuando esta sensación permea nuestra existencia, ha llegado la hora de pensarlo dos veces, pues si nos hemos dejado absorber por el sistema de trabajo que pretende encadenarnos al consumo y controlarnos, necesariamente sentiremos una frustración interior, una falta de satisfacción tan grande que explotará desde nuestro interior, perjudicando a todos los que nos rodean, familiares, compañeros de trabajo y quien quiera que se atraviese en nuestro camino. Hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Sin embargo en lugar de buscar culpas, bajar los brazos sin esperanza, debemos reflexionar en los posibles caminos de salida a este régimen: para algunos sería suprimir los gastos superfluos, para otros buscar una economía más sana en el hogar, evitar gastar más de lo que podemos y debemos, otros más podrían reanudar los lazos familiares o buscar entretenimiento como la lectura, los deportes en equipo, darle al cerebro la posibilidad de descubrir nuevos horizontes. Pero lo más importante sería cuestionarnos cuál es el propósito de nuestra existencia y aunque suene a un viejo cliché, pensar que en el momento de la muerte no pensaremos en los e-mails enviados, los negocios cerrados, los mensajes de textos resueltos, sino el camino recorrido en busca de esa meta, de preferencia muy bien acompañados
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