Mensaje del Arcángel Uriel canalizado por Jennifer Hoffman
23 de Abril de 2012
Traducción: Margarita López
Edición: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
El rol del maestro es facilitar el proceso de sanación, mostrar dónde se pueden entrecruzar el pasado y el presente y crear un nuevo paradigma para la vida. El rol del alumno es encarnar el aprendizaje de las lecciones presentadas y aplicarlas a su camino de sanación. El maestro da, el alumno recibe. Y éste es un proceso recíproco, por lo que el maestro también es alumno y el alumno también es maestro. Cuando se olvidan de esto, sólo reciben la mitad de la enseñanza, sanación y bendiciones que están disponibles para ustedes en cada situación.
Las conexiones se hacen a través de frecuencias energéticas resonantes. Así que el maestro y el alumno comparten la misma vibración energética y cada uno de ellos aporta un aspecto del aprendizaje que el otro necesita. Si el maestro piensa que tiene una vibración más alta que el alumno, se está apartando a sí mismo del conocimiento que le ayudará en su camino. Si el alumno piensa que está en una vibración energética más baja que el maestro, no podrá conectar con las frecuencias que necesita para elevar su propia vibración.
El mejor uso del paradigma del maestro y alumno es preguntarse qué es lo que tienen para compartir, así como lo que tienen que aprender. Éste es el proceso de ‘dar y recibir’ que es un aspecto de todo aprendizaje. Si el maestro es consciente de lo que da, está entonces ofreciendo energía y puede llegar a ser fuente de sanación y conocimiento para el alumno, sin completar su propio aprendizaje. Si el alumno está recibiendo solamente, está recibiendo energía, pero no está compartiendo su propio don con el maestro.
Los maestros que se colocan a sí mismos en una posición exaltada están en la energía de su ego y no actuando desde el espíritu. Ellos también están en un camino de aprendizaje, con tanta necesidad de recibir como de compartir lo que saben. Todos tienen algo que aprender y todos se benefician al recibir y dar por igual. Con cada interacción, ya sea que sientan que son el alumno o el maestro, pregúntense qué tienen para compartir y qué pueden recibir. Entonces se benefician de todas las bendiciones de cada conexión puesto que dan y reciben, enseñan y aprenden, se sanan y son sanados por y con todos aquellos con quienes se conectan.
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