Se debe generalizar el buen trato y desactivar así la cadena de malos tratos llamada desplazamiento.
Maltrato a mi esposa porque mi jefe me ha maltratado, fastidiado porque un gato desconocido lo arañó esta tarde en un callejón. Ella, enfadada e impotente, se enfada con el muchacho que trae la cesta de la compra. Él se desquita con el puntapié que da al gato que cruza el callejón y éste, arañando a la próxima persona que se le acerque.
Decían los griegos que enfadarse es muy fácil, pero hacerlo con la persona adecuada, en el momento adecuado y con la intensidad adecuada es patrimonio de los sabios...
Quizás hoy día también hay que ser sabio para esquivar sin que nos afecten o sin encendernos, los cubazos malos augurios que nos echan los que viven enfadados con su propia existencia, buscando cómplices de su propia amargura.
Jorge Bucay, en 20 pasos adelante
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