viernes, 23 de agosto de 2013

Recuperar el equilibrio perdido...♥




Recuperar el equilibrio perdido desprendiéndonos de estos viejos arquetipos


Aprender a ser niño, chico, joven u hombre, presupone responder a un marcado estereotipo de fuerza, autoridad, violencia, dominio y trabajo social, al que si no se responde se castiga con la duda de la virilidad y la angustia que esto genera. Definir su sexo pasa por responder a estos rasgos de género, unificando así machismo y hombría de tal manera que los chicos encuentran serias dificultades en romper estas manifestaciones personales, porque si adquieren y manifiestan otras se pone en duda su masculinidad, su virilidad su ser hombres y la presión social les impide desarrollarse como personas, porque deben inhibir sus otras capacidades, actitudes y rasgos personales, para responder inexorablemente a estos otros, evitando de esta manera la angustia de la duda de su identidad sexual.

Aprender a ser niña, pasa por un proceso pasivo frente al de los chicos que es activo, ellos “deben ser así”, ellas “ no deben ser así”, es decir no pueden manifestar ninguno de estos rasgos considerados masculinos y por ello, la educación que se les impone es fundamentalmente represiva e inhibitoria, lo que les genera personalidades débiles socialmente, inseguras, dependientes, pasivas y eminentemente frustradas. La natural actividad de una niña, desde su nacimiento es controlada, sus formas de actuación muy cuidadas, las normas muy rígidas, el espacio muy mediatizado y el lenguaje personal eliminado.

Josefa Martín Luengo
VÍA MUJER ÁRBOL

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