Los discípulos de un Rabino, famoso por ser erudito y fino, le preguntaron por qué acostumbraba a esclarecer la Verdad contando una historia.
Él respondió:
Todo esto puedo explicarlo contando una parábola sobre la propia Parábola...
"Un día, la Verdad andaba visitando a los seres humanos sin ropa y sin adornos, tan desnuda como su nombre. Y todos que la veían, le daban la espalda por miedo o de vergüenza y nadie le daba la bienvenida. Así, la Verdad recorría los confines de la Tierra, despreciada y apartada...
Una tarde, muy desconsolada y triste, la Verdad encontró a la Parábola que paseaba alegremente, con una ropa muy bella y colorida. Le preguntó:
Verdad, ¿por qué estás tan abatida?
Porque soy tan vieja y fea que los seres humanos me evitan, replicó la Verdad.
Qué disparate, – dijo la Parábola, riendo. - No es por eso por lo que los seres humanos te evitan... Toma, ponte una de mis ropas y fíjate lo que pasa.
Entonces, la Verdad se puso una de las lindas prendas de la Parábola y, de repente, en todos los lugares por donde pasaba, era Bienvenida"
El rabino sonrió y concluyó:
"A los seres humanos no les gusta encarar a la Verdad desnuda… Ellos, prefieren disfrazarla..."
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