¿Estaríamos buscando la iluminación si no existiera nuestra sensación del tiempo? El tiempo es una creación de la mente, la memoria y la imaginación: lo que fui, lo que soy y lo que seré. Acompañado siempre con un sentimiento de insuficiencia, de carencia, deseando llegar a completarnos en el futuro.
Nos someteríamos a cualquier camino espiritual con el fin de llegar a superar en algún momento todo lo que sentimos como traba. Entonces, llenos de esperanza, imaginamos que llegará el día en que alcanzaremos la iluminación que las antiguas tradiciones nos prometieron, nos liberaremos de las ataduras.
Yo he dejado de pensar en términos de experiencias. Las cosas suceden. Suavemente cae la lluvia. El corazón esta latiendo. La respiración entra y sale. Hay un calmo escuchar, apertura.....vacío...nada....
¿Iluminación? Las etiquetas son letales.
Por fin somos "Alguien". En el momento que establecemos la categoría, la vida se congela en un concepto. "¡Mi experiencia de iluminación!" Estar vivo, plenamente vivo, significa fluir sin obstáculos: el vulnerable fluir de la vida sin oponer resistencia. Sin sensación de tiempo. Sin necesidad de pensar acerca de uno mismo ( lo que soy, lo que seré).
La avidez de experiencias que tenemos pone de manifiesto una resistencia a estar aquí, ahora.
A ser ahora con el zumbido del avión, la bruma, el viento que sopla, el sonido de la lluvia, la respiración, el pulso, la apertura y el cierre; nada en absoluto......
Darse cuenta de que no es necesario ser "algo" es un alivio tremendo.
Toni Packer.
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