Un conocido sufí, Ibn Arabi, afirmaba hace mucho tiempo: “Quien se conoce a sí mismo conoce a su Señor”. Es decir, la persona ha de ser ella, no lo que le han dicho que sea, o lo que otros quieren que sea.
Si te conoces, va a resultarte mucho más sencillo establecer relaciones con los otros.
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“Conócete a ti mismo”: Palabras en la puerta del templo de Apolo en Delfos que muestran que la enseñanza tiene un lejano punto de partida.
“Nada de más”: Todo en su justa medida. Incluso el veneno, cuando va en dosis ajustadas, puede tener un uso medicinal.
VÍA PLANO CREATIVO
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