Es nuestro escudo protector o muralla defensiva y además representa la imagen que tenemos de nosotros mismos.
En las relaciones de pareja tenemos que abrir la muralla para entrar en contacto con la piel del otro. ¿Cómo es su tipo de piel? Dura estará asociada a la rudeza, suave muestra sensibilidad, sudorosa inseguridad, etc.
La piel, el mayor órgano sexual, nos muestra aquello que no queremos ver: timidez, complejos de inferioridad, necesidad de protección, dificultad para expresar ternura, etc. Los problemas de piel también sirven para alejar a la pareja -y a los demás- Para que no nos toquen.
Observemos el lugar donde tenemos el problema: En la cara, ¿miedo a perder prestigio? En la cabeza, ¿estancamiento de ideas? En los genitales, ¿culpa o vergüenza por alguna práctica sexual prohibida? En los pies, ¿insatisfacción con el territorio que se ocupa?
Son sólo pistas para que reflexionemos sobre los diálogos que podemos establecer con nuestra pareja “de piel a piel”.
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Acaricia y déjate acariciar por tu pareja. Rodearos de personas que os hagan felices. Practicad el dar sin esperar nada a cambio.
La piel es un lienzo sobre el que plasmamos nuestros pequeños temores ocultos, nuestra inadaptación social, el exceso hormonal, etc.
Plano Creativo
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