-Maestro, este sitio no vale nada, es un desierto.
-¡No, está sembrado!
-Maestro, sólo podemos dar lo que llevamos dentro. ¿Tengo razón?
-Nadie puede dar sólo lo que lleva dentro. El pedido del otro lo insemina. El don se crea entre dos.
-Maestro, esa persona me quiere dañar. ¡Qué susto!
-No temas a los que te quieren dañar, sino a los que pueden dañarte.
-Maestro, si usted y yo rezamos con igual fervor, ¿por qué usted siempre está contento y yo no?
-Es que tú siempre rezas para pedir algo, en cambio yo sólo lo hago para agradecer lo que me han dado.
-Maestro, ¿cuándo seré fuerte?
-Cuando aprendas a no dañar.
Alejandro Jodorowsky
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