Cuando hablamos de abuso infantil, no siempre nos referimos al abuso sexual. Como enseña Marianne Costa ,“el abuso es lo que se opone a que yo me realice. Es un demasiado, o un demasiado poco”. Cuando unos padres exigen al pequeño que se comporte como un adulto, lo carga de responsabilidades, de sus propios problemas, le quita tiempo y espacio para jugar, le impide vivir su niñez con plenitud, está robándole la infancia y cometiendo un abuso en toda regla. Alejandro Jodorowsky lo explica de esta manera y da un consejo psicomágico para reparlo:
“Ciertos padres tóxicos, inmaduros, se comportan como hijos de sus hijos, dejando que los pequeños desde muy temprana la edad se hagan copartícipes de sus problemas, les aconsejen, los alienten, etc. Actuando de esta manera infantil, convierten a sus hijos en adultos antes de tiempo. La pesada responsabilidad que les echan encima, les impide desarrollar la actividad más importante para un infante: poder jugar. A causa de esto, crecen reprimiendo una constante tristeza: no se saben entretener. Lo único que saben es adquirir responsabilidades, ayudando al prójimo, pero olvidándose de ellos mismos. Aconsejo entonces al/la consultante:
Reunir una respetable cantidad de dinero e ir a un casino, cambiarlo por fichas de poco monto y jugarlas hasta perderlas (no se trata de ir a ganar, sino de ir a perder). Si gana, debe seguir jugando. Si sigue jugando y acumula una fortuna, debe continuar en el casino hasta que lo pierda todo. De esta manera descubrirá el gozo que es actuar sin una finalidad utilitaria.”
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