Pocas cosas en la vida terminan resultando más desagradables que querer resultar agradable a todo el mundo .Se trata de un desgaste enorme e inútil de energía.
Quien quiera agradarle a todos siempre deberá enfrentarse con una persona a la que no podrá agradar:
ÉL MISMO.
El combustible espiritual 2.
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