OCULTO EN LA SEMILLA… ENCONTRAMOS EL ÁRBOL ENTERO.
UNA NOCHE, UNA MUJER soñó con una tienda nueva que se había inaugurado recientemente en su calle. En el momento de entrar en ella, reconoció a Dios detrás del mostrador.
«¿Qué vendes en tu tienda?», le preguntó.
«Todo lo que te apetezca», contestó Dios.
La mujer casi no pudo creerse la suerte que tenía, pero decidió aprovechar la oportunidad y pedir sólo de lo mejor.
Caviló durante un buen rato y después realizó su pedido.
«Quiero amor y felicidad para toda la vida, y paz para mi alma», dijo.«También me gustaría tener sabiduría y valor para no tener miedo nunca jamás». De nuevo, estuvo un rato pensando para no olvidarse de nada .. «Ah, sí», continuó, «no solamente quiero lo que te he pedido para mí, sino también para todos los hombres de la Tierra».
Dios sonrió y dijo:
«Querida, yo creo que me has entendido mal. Aquí no tenemos frutas. Aquí sólo hay semillas».
“AQUÍ SOLO HAY SEMILLAS. El resto lo tienes que hacer tú mismo. Tú eres el responsable para que, dentro del ámbito de tu influencia, crezcan de la semilla plantas fuertes y sanas. Tú eres el jardinero y debes ocuparte de que la sequía o cabras salvajes no destruyan el brote tierno.
Dios te puede dar las mejores semillas, pero si no caen en tierra fértil y no las cuidas y las conservas no se pueden desarrollar ni las mejores capacidades ..
VÍA RESUÉLVETE
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