Podemos por unos momentos tomar distancia de lo que estamos haciendo y pensando, y simplemente observarnos sin interferir con el discurso de nuestros pensamientos. La simple observación de esos procesos negativos, que habitualmente son “automáticos”, los hace conscientes y los debilita.
Siempre es mejor reconocer y aceptar que estamos “fuera de nuestro centro” que forzarnos, que obligarnos a nosotros mismos a cambiar de actitud. Lo que resistimos, persiste.
VÍA AMARSE A UNO MISMO
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