Ante todo, la persona debe saber que carece de unidad; es muchas personas diferentes. No tiene un Yo permanente e inmutable. Es siempre diferente. En un momento es una, en el siguiente momento es otra, luego es una tercera, y así de manera sucesiva, casi indefinidamente.
P. D. Ouspensky
VÍA AMARSE A UNO MISMO
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