Es obvio que la pareja la forman dos personas. Por tanto tendremos que convenir que siempre serán dos los que van a tener voz y voto en el seno de la pareja.
Es frecuente que la decisión de la ruptura la tome uno de los miembros y que el otro se resista poniendo en marcha estrategias de chantaje emocional, haciéndose la víctima y creando en el otro culpa e inseguridades. El que se resiste puede llegar a actuar con un alto grado de egoísmo, rigidez y miedo. En muchas ocasiones no va a mostrar ninguna generosidad, ni flexibilidad.
Evitar la ruptura, la separación, alivia momentáneamente el estrés, pero a la larga nos mantiene en un estado de queja e insatisfacción constante. ¿Cómo vamos a poder seguir atados a una persona a la que no amamos?
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El párroco les dijo: “unidos hasta que la muerte os separe” Y siguieron con la mentira hasta el final de sus días.
Si tu corazón ya se ha marchado, nada podrás hacer por continuar con la relación, excepto mentirte a ti mismo.
vía plano creativo
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