sábado, 18 de junio de 2011

Los buenos padres nutren el cuerpo, los padres brillantes nutren la personalidad

Todo lo que toca la emocionalidad afecta drásticamente a la memoria y constituirá la personalidad. Nuestros hijos están en contacto diario con miles de estímulos seductores que tratan su memoria como un cubo de basura. Así encontramos jóvenes angustiados por sus resultados escolares, su aspecto físico, su falta de afectividad… toda una serie de condicionantes que reflejan su falta de autoestima y como resultado su falta de alegría

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