El Maestro de los maestros fue un excelente educador porque era un narrador de parábolas. Todas las que contó hace dos mil años eran ricas historias que abrían el abanico de la inteligencia, destruían prejuicios y estimulaban el pensamiento. Ese es uno de los secretos por los cuales vivía rodeado de jóvenes.
Todos necesitamos un sueño por el que vivir, los contadores de historias son vendedores de sueños…
- Los buenos padres dan oportunidades, los padres brillantes nunca desisten
Este punto recuerda a la parábola del hijo pródigo. A veces, los padres somos los únicos que podemos ver el potencial escondido de nuestros hijos. Sembramos semillas con la esperanza de que algún día estas germinarán. Mientras esto sucede sufrimos por ellos y necesitamos cargarnos de una gran dosis de paciencia que nos aporta el gran amor que sentimos por ellos.Lamentablemente no existen escuelas para que los padres aprendamos a educar con total garantía de éxito. La situación actual es bastante complicada, nunca en la historia habíamos visto a niños y jóvenes dominando de tal manera a los adultos. Hemos de aprender a decir no sin miedo, a no ceder a sus chantajes, a poner límites… Si no lo hacemos nosotros como podrán afrontar la vida en la sociedad actual…
Educar requiere tiempo de dedicación y esfuerzo por nuestra parte, aunque seguramente pocas actividades sean tan gratificantes. Enchufar a los niños a la televisión es cómodo, pero no es rentable a medio-largo plazo, nos aporta demasiados problemas.
Espero que esta información nos ayude a ser padres excelentes:
“Un educador excelente no es un ser humano perfecto, sino alguien que tiene serenidad para darse y sensibilidad para aprender”
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