miércoles, 4 de mayo de 2011

LOS GATOS...2


L
os gatos son animales domésticos, cuyo paso a través del tiempo se puede rastrear hasta hace más de 8000 años. Hoy en día, son una de las mascotas más comunes que se puede tener.

Sabemos que todos los animales están en una frecuencia superior al hombre, en lo que se refiere a percepción inconsciente, pero vamos a hablar especialmente de los gatos.
Ellos son capaces de percibir antes de que acontezcan las catástrofes o pueden detectar antes a alguna persona que tenga malas intenciones o una frecuencia vibracional densa.
Es por ese motivo que los brujos y brujas de la antigüedad que serían los esotéricos de la actualidad, tenían siempre como compañía un gato, él cual les avisaba de alguna presencia no deseada tanto de este mundo como del otro.
Cuando la o él dueño de casa están cargados energéticamente, un muy buen ejercicio consiste en acariciar las orejas de su gato desde la base de la misma hacia la punta, efectuando nuestro pequeño amiguito una descarga natural en su amo que a él no le produce ningún daño o mal.
También se los considera desde la antigüedad como los guardianes de los portales del otro mundo, hecho que podemos recordar quedo bien puntualizado en la película "La Momia".
Lo cierto es que cada país tiene sus propias costumbres o creencias acerca de los gatos, pero casi siempre se los relaciona con cuestiones supernaturales o brujerías.
En el antiguo Egipto todos los gatos eran venerados, incluso los negros. Estaban protegidos por ley contra cualquier tipo de daño y matar a uno de ellos era considerado un crimen capital. Eran tenidos en tan alta estima que la muerte de una mascota hacía que la familia entera estuviera de luto, y tanto los dueños ricos como pobres los hacían embalsamar de manera exquisita, envolviéndolos en fino lino y colocándolos en criptas de materiales nobles como bronce o madera, que era muy escasa y valiosa en el desierto. Los romanos también consideraron sagrado al gato y lo introdujeron en Europa.
El miedo hacia los gatos, comenzó en Europa en la Edad media. Su característica independencia, determinación y aspecto sigiloso, unidos a una sobrepoblación de estos animales en los pueblos, hicieron que cayeran de su posición de honor. Muchos gatos callejeros eran alimentados por ancianas pobres y solitarias. Cuando se inició la locura de la caza de brujas, muchas de estas mujeres sin hogar fueron acusadas de practicar la magia negra, y sus compañeros los gatos cayeron en desgracia junto con ellas. Incluso circuló la creencia de que los gatos negros eran la encarnación de las brujas durante la noche, que de día se convertían en mujeres. En Francia miles de gatos eran quemados cada mes, hasta que Luis XIII, en 1630, detuvo esta bochornosa práctica. Antiguamente era considerado peligroso dejar que un gato anduviera cerca de un bebé, pues se decía que podía robarle el aliento y matarlo durante la noche.
El exótico y misterioso gato siamés que proviene de Tailandia, ha residido en palacios reales. En el pasado debían proteger los palacios y monasterios de los espíritus malvados. Además, se pensaba que traían la buena fortuna a sus dueños.
En la región de Bohemia los gatos eran un símbolo de fertilidad, y por lo tanto uno de ellos enterrado bajo un campo aseguraba una buena cosecha. En Japón prefieren a sus gatos sin cola (los Bobtail) porque piensan que son menos capaces de embrujar a los humanos. Los marineros de ese país suelen llevar gatos tricolores a bordo para tener buen tiempo y suerte en la jornada. Un regalo habitual para los japoneses es una imagen de un gato levantando su pata izquierda, pues estos souvenir darán buena fortuna a quienes los posean.
Los gatos también actúan, según las creencias, como pronosticadores del tiempo. En Indonesia y Malasia se cree que si alguien da un baño a su gato, esto traerá lluvia. También se pronostica lluvia si un gato se lava detrás de las orejas en Europa. Si un gato corre como enloquecido, arañando cortinas y almohadones a su paso, es porque habrá mucho viento. Por otro lado, si se ve a un gato durmiendo con sus cuatro patas bajo el cuerpo, seguramente se avecina tiempo frío. Cuando un gato mira por la ventana quiere decir que va a llover, afirman en Inglaterra. Por último, si un gato se sienta de espaldas al fuego, se espera una tormenta de nieve.
En los Países bajos y Alemania no se permite que un gato esté presente durante las discusiones hogareñas, pues se asegura que son capaces de esparcir rumores acerca de la familia por todo el pueblo.
Ahora les voy a dar una recomendación: ya sea que crean o no en estas cosas, cuiden mucho a su gato, pues los ingleses dicen que si un gato se va de una casa, en ella siempre reinarán las enfermedades, mientras que para los irlandeses, matar a uno trae 17 años de mala suerte.

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