Si no puedes oír la Voz de Dios, es porque estás eligiendo no escucharla…
Cuando tu estado de ánimo te diga que has elegido equivocadamente, y esto es así siempre que no te sientes contento, reconoce que ello no tiene por qué ser así…
Cuando te sientas triste, reconoce que eso no tiene por qué ser así. Las depresiones proceden de una sensación de que careces de algo que deseas y no tienes. Recuerda que no careces de nada, excepto si así lo decides, y decide entonces de otra manera…
¿Te has detenido a pensar seriamente en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en cuántas has dejado pasar?
de “Un Curso de Milagros” (Cap. 4, IV)
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