Estás aquí para cambiar los asuntos de la vida. Estás aquí para aumentar la vibración de todo lo que hay en el mundo. Estás aquí para elevar la consciencia del mundo. Estás aquí para hacer de éste un mundo de alegría. Como ya les das alegría a tus hijos, te diviertes con ellos, los sostienes en tus brazos, los miras a los ojos, adoras sus Existencias, así sostendrás al mundo y le darás placer.
A ti que te puedes quejar de cómo te trata el mundo, te pido que seas benevolente con él. Las razones para estar desilusionado con el mundo abundan. Tienes toda la razón como para escribirle una nota. Si no es el mundo, es tu mundo, el mundo del hogar y del trabajo. ¿No puedes hacerlo placentero para que todos los demás sientan alegría? Sea ella tu esposa o la cajera del supermercado, ¿no puedes elevar su espíritu?
En lugar de esperar que el mundo se adapte a ti, ¿por qué no adaptas a quienes te rodean?
Si te sientes abatido, más razón tienes para relajarte.
Ten en mente que el mundo es para disfrutarlo. Cuando no lo es, tú debes hacerle cosquillas bajo el mentón. Tienes la opción de continuar abatido o de cambiar eso por un poco de alegría, incluso cuando la alegría sea de otra persona. Eso es lo menos que puedes hacer.
El abatimiento no es algo que tengas que mantener a tu lado. No tienes que esperar a que se decida a seguir su camino. Puedes apartarte de él. Puedes abandonarlo antes de que te abandone a ti. El estar alicaído no tiene que perdurar. Puedes expulsarlo. Debes hacerlo, amado. El estar amargado no debe suplantar al estar bien despierto. Permanece animado. Olvídate de tu humor. Súbele el animo a alguien. Tú no eres el único que necesita ser alegrado.
Convierte al asunto de la vida en diversión. Sé divertido. Haz que todos esperen tu llegada. Haz que nadie pueda esperar a tu llegada porque, si bien no saben cómo lo haces, tú elevas sus espíritus. No tienes que ser un cómico. Sólo debes traer un poco de alegría, enderezar un poquito los hombros. No eres un pretendiente al trono de la alegría. Eres quien la esculpe en tu vida diaria.
Quizás nunca te han dicho que salgas al mundo y te diviertas. Quizás se te ha dicho siempre que seas serio. Quizás, como Los Tres Chanchitos, saliste a hacerte tu fortuna en el mundo. De cualquier forma, sortea al lobo malvado. El lobo malvado es el no tener alegría, amado.
Sal al mundo y busca la alegría y repártela. Tú eres quien pone claridad a tus pasos. Eres quien le da alegría a tu camino. ¿Te dijo alguien eso alguna vez? ¿Te dijo alguien alguna vez que vivas la vida con placer? Quizás el mundo te ha enseñado a ser serio, muy serio. Ahora te digo que no seas serio. ¿Qué te ofrece el mundo como para que abandones la felicidad? Mientras estás en él, ¿por que no disfrutar?
No importa con quién estás, no importa qué estás haciendo, disfruta. Y si no puedes disfrutar, entonces da alegría. Disfruta de todos modos. ¿Cuál es el sentido de algo sin alegría?
El Rey Midas contaba su oro cuando podría haber contado su alegría.
Hoy sé una persona feliz. Conócete a ti mismo como alguien que deja alegría en su camino, sea donde fuere que vaya
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