miércoles, 3 de octubre de 2012

PERDERSE PARA ENCONTRARSE...♥



Tener la sensación de estar perdidos no es el mejor estado. Esto no sólo causa angustia sino también inestabilidad y un sentir de mucha vulnerabilidad. El hombre que se siente perdido, y a la vez no busca conscientemente el camino que lo acerca a una verdad más perdurable, buscará hallar satisfacción y respuestas en el mundo material. También preferirá creerse loco por aquellas preguntas que en los momentos de silencio aparecen.
Hay preguntas que jamás sabré si tienen respuesta, y esto es tan perturbable que prefiero ver y tocar, agarrarme de lo que existe a simple vista.
Con tal de no sentir este estado que aterra, cualquier camino es tomado. Cualquier desvío se lo interpreta como la meta final.

Mientras el afuera intente ocupar el lugar que sólo es de mí mismo, el reclamo a otros será constante, y la necesidad de tener más, insaciable. “¿Por qué eres así conmigo?” “¿Por qué no haces esto por mi?” ¿Por qué nadie me valora?” “¿Por qué el mundo no me sonríe?”. Es el hombre tratando de completarse en el otro, en el afuera, con el otro. Sin embargo si deseamos hacer este proceso consciente debemos saber que el reclamo en realidad es hacia mí mismo. Podemos incluso dar vuelta la pregunta así: “¿Por qué soy así conmigo?” “¿Por qué no hago esto por mi?” “¿Por qué no me valoro?” “¿Por qué no me sonrío?”.

El origen de estas insatisfacciones y de esta necesidad de completarme, viene de una memoria donde Yo era Todo, y Todo era Yo. Viene de mi voz interior que me dice “regresa por tu propia voluntad”. Y esta memoria guiada por un ego inseguro o temeroso, o una mente calculadora y lógica, es interpretada y encauzada hacia un campo conocido como: algo fuera de mí.
Lo que me hace preguntarme, lo que me moviliza, es mi memoria del origen, que me despierta un infinito anhelo de vivir en un mundo perdurable. Pero he aquí lo trascendente, el lugar que buscamos no está allá lejos, tan absurdamente lejos de mí, que de sólo buscarlo me pierdo. El lugar aparece adentro cuando decido sentirme un ser en unidad con todo, un ser relacionado con todo. Un ser único, si, pero a la vez en sintonía con otros únicos seres.

Cuando reclamo al mundo mi bienestar, mi salud, mis beneficios o la parte que “me corresponde”, no hago más que alejarme de todo lo que soy, de todo lo que siempre fui.

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